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Foto del escritorKarina Zulueta

Sexo en la isla desierta.

Actualizado: 25 nov 2018



Caminamos por la playa desierta una extraña isla.

nuestro barco ha naufragado tras la intensa tormenta la noche anterior. Solos y asustados, nos preguntábamos si sobreviviremos al desastre.

agotada y confusa, enfadada me repetia una y otra vez en mi cabeza , cómo saldremos de aquí? Nadie sabe de dónde estamos .

estábamos condenados a morir en este lugar.

El lloraba y temblaba como una hoja, asustado, senti una mezcla de pena y asco, era un cobarde.

"Estoy en una isla desierta" con un idiota que se mea en los pantalones, que más podria ir mal?

- Deja de lamentarte de una vez y vamos a buscar donde pasar la noche. Exclame.

Nos adentramos en el bosque buscando un refugio.

La Luz del sol poco a poco va desapareciendo en el horizonte. Voy caminando por entre la maleza apartando los hierbajos y matorrales con las manos mientras èl asustado caminaba tras mis pasos como un cachorro herido que sigue a su madre. No tengo claro si es devoción o necesidad lo que siente, percibo su mirada clavada en mis pechos turgentes, pero no puede evitar la excitación del momento, la consecuencia obvia de mis grandes pezones erectos bajo la camiseta sin mangas, casi rasgada.

Se dirige a mi con la mirada fija en ellos, con voz entrecortada, casi pidiendo permiso para hablar pregunta asustado.

Ahora que hacemos Señora , que vamos a hacer, dónde iremos?

Su nerviosismo me irrita y mientras solloza histérico le doy una bofetada sonora, agarrándole por los hombros le sacudo con fuerza. El responde con violencia inusitada me agarra fuertemente por la cintura y con la otra mano tira de mi cabello, la violencia erótica nos envuelve y entre forzejeos, empujones y arañazos nos besamos, me abraza y llevados por la intensidad del momento, nos acariciamos, sus manos se deslizan por mi cuerpo , quizás por placer o por desesperación, quién sabe. Nos fundimos en un beso tierno, casi incestuoso y comenzamos a quitarnos la ropa. Me penetra con fuerza y desesperación,como si fuera su primera vez, siento su piel caliente fundirse con la mía, en un vaivén acompasado, lento y lujurioso.

Los gemidos, y mis gritos se escuchan cual eco por todo a nuestro alrededor , aprieta mis pezones con sus dedos mientras agarro sus cabello con fuerza, ladeando su cabeza hacia atràs suspira y gime intensamente en una mezcla insana de dolor y placer, el momento del climax llega entre arañazos y bofetadas , después matarnos los deseos caemos finalmente rendidos uno junto al otro, sintiendo el calor intenso de nuestros cuerpos entrelazados, solo el silencio de la noche nos envuelve y la calma fatidica que precede a la muerte.

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