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Foto del escritorKarina Zulueta

Un angelito fue al cielo.

Actualizado: 11 feb 2019


La siguiente historia es un relato real y autobigràfico, un pasaje que marcò definitivamente mi vida .

Pasè muchos años sufriendo en silencio, estaba prohibido hablarme sobre el tema incluso para mis familiares y amigos, la herida era tan profunda que entrè en negaciòn y fingìr que no habia sucedido fue mi manera de lidiar con el dolor.

Enfermè de una terrible depresiòn que me condujo a las puertas del infierno, casi a la muerte, aceptarlo y escribir mi libro literalmente me salvò ..

Nada ni nadie pueda prepararnos para lo que vivì, ni en la màs terrible pesadilla es posible imaginarlo.

A pesar de todo encontrè una fortaleza unisitada en el dolor, entendì que podria ser mi mayor aliado, darme el poder de la conciencia para hacer en mi vida el cambio .

Cada minuto cuenta.....


Despertè aquella noche con fuertes nàusea, me levantè dando tumbos y agarrada a las paredes fui hasta el baño, mientras me sentaba en la taza un fuerte olor àcido subiò desde mi vagina dejàndome aturdida.

Hacia algunos dias notaba aquel hedor pero esta vez era màs intenso..

Pasè la mañana en la cama y solo consegui levantarmente para darle de comer a mi pequeña hija de 5 años. Al final de la tarde la debilidad y los mareos se hicieron insoportables

No tenia alternativa.

Corrì a las urgencias de maternidad. Por aquel entonces estaba en el sexto mes de embarazo de mi segundo y muy deseado hijo.

Ya en la consulta la mèdica me preparò para hacerme una ecografia .

Mientras la doctora pasaba el rodillo impregnado del habitual liquido viscoso y frio por mi barriga su rostro palideciò.

Hace cuanto no sientes a tu bebè moverse? Pregunto con aire sombrìo.

Me detuve un momento a pensar , me di cuenta que hacia varios dias no sentia las pataditas .

Las lagrimas se agolparon en mis ojos, lo comprendì instantàneamente.

Comenzè a llorar y a gritar a todo pulmòn

No,no,no.

Ella hablò despacio casi en càmara lenta intentando explicarme.

Su bebè esta muerto, por las cuentas hace al menos 20 dias.Esta pudrièndose dentro tu cuerpo, tenemos que inducir el parto inmediatamente porque si la infecciòn pasa a tu sangre tambien moriràs, nos queda muy poco tiempo para salvarla, señora.

Dificil encontrar palabras para lo que sentì, expresar el dolor intenso que me sobrecogiò

Los gritos,el llanto.

Todo es una equivocaciòn, un gran malentendido .

esta segura? Preguntè mil veces

no hay desgraciadamente error posible. Fue la respuesta.

Ya en la planta de maternidad el proceso comenzò

Los sueros intravenosos y combinados con cada 4 horas unos òvulos que la enfermera introducìa en lo profundo de mi vagina.

- Tienes que relajarte y no hacer fuerza las piernas sino no consigo meter mi mano. Entiendes . Respira profundo y suelta el aire y despues aguanta.

muy quieta esperaba sintiendo un dolor agudo mientras su mano se deslizarse dentro de mi cuerpo y las làgrimas silenciosas rodaban por mis mejillas.

caminaba por el pasillo todo el tiempo.

Casi arràstrandome.

-El ejercicio fisico acelera el proceso asi que te aconsejo caminar, me habia dicho la doctora.

Asi lo hice, caminè como un alma en pena, llorando entre los dolores intensos y mi pèrdida.

El momento llegò en la madrugada casi al despuntar el alba.

Alli en la camilla del salòn de parto las enfermeras y la mèdica me animaban.

- empuja fuerte te queda poco ya podemos ver la cabeza, un esfuerzo vamos tu puedes!! .

Gritaba, lloraba pero seguia empujando.

Entonces sucediò.

no mires gritò una enfermera.

pero ya era tarde, instintivamente mi mirada se dirigiò entre mis piernas.

La imagen que vi me persigue en sueños y me atormenta aùn hoy en dia.

Era el cadaver de mi hijo, su piel tenia un tono intenso marròn y sus ojos salidos de las orbitas, las manos engarrotadas y menudas rodeaban su cuerpo aùn se podian ver las pequeñas venas azuladas de su cabeza , su piel era todavia muy fina . El olor a putrefacto era intenso casi insoportable,

Recuerdo mis gritos de horror y luego el desmayo, despertè horas màs tardes ya la mi habitaciòn, coloquè las manos en mi vientre y comprendi que todo habia terminado y en silencio volvi a llorar.

A partir de ese dia y los siguientes años yo no estuve dentro de mi cuerpo, una persona sombria ocupò mi lugar me aislè tanto del mundo que ya no sabia màs como vivir. Hoy en dia echo la vista atràs y respiro aliviada pues la tormenta a pasado y mi vida es totalmente distinta. El recuerdo de mi hijo no me abandona, espero y me consuelo al pensar que en algun lugar de Infinitio cielo alguna estrella brillè su memoria .

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