El callejón oscuro( la violación)
- Karina Zulueta
- 4 feb 2019
- 3 Min. de lectura
Caía la noche lentamente y las calles de la pequeña ciudad comenzaban a quedar desiertas, el frío infernal y la intensa lluvia recluia a todos habitantes en sus casas
La gente corría en busca del refugio, el calor de sus estufas y de una humeante taza de té.
Andaba sola por las calles de camino a casa, después de un día duro de trabajo, cansada y deseando llegar a mi pequeño apartamento, llenar la bañera y disfrutar de un baño caliente una copa de vino tinto mientras la música de mi banda favorita tocaba de fondo.
Los charcos de agua y la piedras resbaladizas junto con mis tacones de aguja me dificultaban y realentizaban mi paso.
Una extraña sensación de miedo se apoderó de mi cuando llegue al comienzo de aquel callejón oscuro, supe que algo iba terriblemente mal.
Avance con el corazón apretado, consiguiendo sentir sus latidos en mi pecho acelerado.
Aquel hombre venia siguiendome desde hacía unas cuantas cuadras atrás, sentía sus pasos firmes casi alcanzandome, intenté acelerar pero era tarde.
Me agarró por detrás con violencia y apretó fuertemente con sus manos mi boca, ahogando así mis gritos.
Tiro de mis cabellos y apoyó su cuerpo contra el mio mientras me empujaba contra la pared.
Susurra a mi oido con voz grave, amenazante casi gélida.
Si te enfrentas será peor, te voy a follar como la puta sucia de calle que eres.
Mirate temblando como una hoja, tienes a miedo?. Resistéte, eso me excita más pequeña zorra.
Comenzó a rasgar mis medias panties, a subirme la falda y con una navaja cortar mis bragas por un lateral , mientras con su lengua llenaba de saliva mi nuca.
El asco, la repulsión me invadió, deseé que un rayo me fulminará en aquel momento antes que sentir su fétido aliento y el olor nauseabundo de su cuerpo.
Comenzó a bajarse los pantalones frenéticamente con una de sus manos mientras con la otra sujetaba mi cabeza.
Ahora o nunca pensé, o luchas o mueres. ..
Un grito de rabia incontenida salió de lo profundo de mi garganta.
Me di la vuelta y me balance sobre el golpeandole con todas mis fuerzas,
Los puñetazos, los arañazos y las patadas se sucedieron , enzarsandonos en una pelea desigual cuerpo a cuerpo.
Sentí la sangre correr por mis labios y el dolor agudo en mi mandíbula desencajada.
No queria rendirme, él me mataría, eso lo sabía.
En medio de la lucha cogió la navaja y la colocó en mi cuello.
No te mueva perra o te degüello.
Sus ojos inyectados en sangre serían la última cosa que recuerdo
Perdí el sentido del espacio y el tiempo, sus embestidas brutales agitaban mi cuerpo. Las lagrimas saltaban de mis ojos morados e hinchados. Mientras destrozaba sin piedad mi vejiga.
Entonces cuando finalmente se sintió cansado se detuvo relajándose por unos instantes.
Creyendo que estaba inconciente, dejó la navaja en el suelo a mi lado y se incorporó de espaldas a mi.
Era mi momento lo vi claro.
Cogí la navaja en mi mano temblorosa,
La rabia se apoderó de mi, la fuerza desconocida de un animal acorralado casi a punto de morir. Me abalanze por detrás y le rebané el cuello, el un chorro la sangre salió despedido, manando a borbotones inundó el suelo. Se giró mirándome sorprendido y entre estertores con sus manos alrededor del cuello agonizó, me puse en pie frente a él mirándole, mientras la vida escapaba de sus ojos y caía de bruces contra el pavimento mojado.
no supe que hacer, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
Había matado a un hombre.
Su sangre caliente aún manchaba mis manos y mi rostro.
Entonces tome la decisión que cambiaría mi destino para siempre .
Me alejé corriendo.
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